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OPINIÓN: CON EL OVEROL PUESTO

Por Armando Diazgranados @diazgranadosco

 

El Junior de anoche ante La Equidad dejó a un lado el frac que le hemos visto siempre, para ponerse el overol, mostrando así una faceta diferente, pero positiva a nivel de juego.

Algo para destacar, es que esta generación comandada por Teo pudo superar el trauma de no poder pasar de los cuartos de final. Tras el salto de calidad que dio ayer este grupo, de aquí en adelante podrá jugar lo que resta de la Liga sin ese piano de cola en la espalda.

Sin soslayar el buen trato a la pelota, Junior priorizó el oficio y la táctica. Fue un equipo que manejó el partido a su antojo, con base en la inteligencia y la experiencia adquirida recientemente en este tipo de instancias.

En general, fue un partido que se sufrió poco y nada, en el que el ‘Tiburón’ permitió pocas opciones, pero terminó teniendo ese momento de zozobra al final, cuando Viera presentó inconvenientes en esa salida y Ditta evitó sobre la raya de gol lo que hubiera sido una derrota injusta y una definición desde el punto penal.

Los espacios que casi no aparecieron el jueves en la ida, sí que estuvieron a la orden del día anoche, más aún cuando La Equidad se jugó el todo por el todo en los últimos 15 minutos, ya que en el tiempo restante fue un equipo que no tuvo tanto desdoble, que no fue avasallante y que más bien apeló a la paciencia y a esperar un error de Junior.

Jarlan botó debajo del arco un gran pase de Fuentes, Cantillo tuvo tres incursiones importantes en el área contraria, Teo tuvo dos buenas jugadas y Díaz no pudo conectar un buscapiés del recién ingresado Moreno, además de tirar por arriba un mano a mano que le dejó servido el crack de la número 29. En fin… el rojiblanco fue superior, sacó a relucir los galones y si le hacemos honor a la verdad, debió haber regresado a Barranquilla, aparte de la clasificación, con los tres puntos del partido en el bolsillo.

Hubo varios que se destacaron ayer, pero hay que resaltar el liderazgo de Teo, que si bien no brilló con la pelota, dio cátedra de cómo se juegan estas series de mata-mata; lo de Cantillo viene siendo inconmensurable desde que regresó de la lesión sufrida en Tunja: sentido de ubicación, oficio a la hora de marcar y magia con el balón en los pies, sumado a que está pisando el área como nunca antes; y mención especial para Fuentes, quien fue la figura de Junior en esta llave de cuartos: eficiente y seguro para marcar por su sector y fue el más claro en salida por su costado, ya que de sus botines salieron varias jugadas de gol, tanto en el Metro como en Techo.

Ahora viene Rionegro Águilas, la gran sorpresa de este Finalización 2018, el equipo al que todos dábamos por eliminado a la hora de escoger los ocho que iban a la liguilla, pero que con un gran trabajo desde el banco de un viejo zorro como Jorge Luis Bernal, el momento que vive Camilo Ayala, la calidad de Freddy Hinestroza y el argentino Leandro Velásquez -figurón ayer en Manizales-, además del aporte goleador de un veterano como Humberto Osorio Botello, llegó de manera merecida a estas semifinales y será un rival jodidísimo para Junior. Cierto que de los seis puntos disputados en este año, se ganaron cuatro y no se recibieron goles; pero también es verdad que ese equipo no tiene nada que perder y esa clase de rivales, sin presión alguna, son muy peligrosos. La clasificación a la final dependerá en gran medida de lo que se haga el jueves en territorio antioqueño.

De los cuatro equipos que aún sueñan con la estrella de Navidad, Junior es el que tiene mayor obligación de ser campeón, por presupuesto, nómina, calidad individual, buen trabajo colectivo y sobre todas las cosas, por el largo tiempo sin dar una vuelta olímpica; son ya tres finales perdidas y varias eliminaciones prematuras, razón fundamental del alejamiento de la hinchada del estadio. Así que nunca será tarde para que el cuadro ‘tiburón’ se reivindique con su gente y pueda llevar a feliz término los objetivos en ambos frentes.

Solo quedan siete partidos para quedar en la historia: cuatro en Liga y tres en Suramericana, con el aliciente que en la competencia internacional todo está muy encaminado para llegar a la final.

¡Vamos que se puede!

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