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Junior de Barranquilla: 95 años de puras emociones

Por: Leonardo Obredor Jiménez

Ese sentimiento cuando veo al club de mi ciudad, de mis padres, abuelos y tíos alzar un nuevo trofeo, es incomparable. Hemos sido campeones de torneos locales en 12 ocasiones: nueve ligas nacionales, dos copas y una superliga. Cuando el equipo alza una nueva copa, con ésta vienen las caravanas, los «pitos» de los carros, la maizena, la música, los niños pintorreteados de rojo y blanco. Cambia el ambiente: la comida sabe más rica, el tiempo pasa más lento y la alegría y bacanería se alargan.

Pero… no somos un club lleno de dioses y máquinas sobrehumanas, no; también hemos perdido finales importantes. Nos hemos tropezado, sufrido, llorado, nos hemos quedado en las puertas de la gloria muchas veces. Pero de eso también se trata ser juniorista: es tener un corazón fuerte, que aguante las agonizantes tandas de penales a las que estamos acostumbrados. No cualquiera es hincha de Los Tiburones, no cualquiera entra al ‘Metro’… no cualquiera siente como sentimos nosotros esta camiseta rojiblanca, aun en las más dolorosas y frustrantes derrotas.

Sin embargo las revanchas llegan, y cuando lo hacen nos desgargantamos, gritamos como nunca: desbordamos La Murillo, La Ciudadela, El Bosque, San Luis, La Chinita, La ocho, La Luz, Santo Domingo, El Recreo, Miramar, Villa Campestre, Las Gardenias, Las Cayenas, 7 de Abril, Medellín, Bogotá, Washington y hasta Madrid. Porque eso es Junior: un sentimiento contagioso como la risa y la alegría. En cualquier parte del país y del mundo que esté un barranquillero y escuché que su ‘Yuyu’ se coronó campeón, sale a vociferarlo y a aclamar que es hincha del club con más fiesta y sentimiento de la historia.

Todo comenzó el 14 de diciembre de 1977: el primer título lo ganamos bajo la dirección de Juan Ramón ‘La Bruja’ Verón, quien era jugador y técnico encargado a la vez. El rival de turno fue Independiente Santa fe. El escenario, estadio Nemesio Camacho El Campín. El resultado: 3-1, con dos goles de Camilo Abelardo Aguilar (minutos 31 y 36) y uno de Cesar ‘Caballo’ Lorea al minuto 55. El subcampeón fue Deportivo Cali.

La segunda estrella vino tres años después. Junior quedó campeón por mayoría de puntos en el cuadrangular final, en el que se enfrentó a Atlético Nacional, América de Cali y Deportivo Cali. Quedó como líder de ese cuarteto con nueve puntos, sacándole dos puntos de ventaja al que lo seguía en la segunda casilla. Como dato curioso, el subcampeón fue Deportivo Cali nuevamente, el técnico de ese año fue José Varacka.

Tuvimos que esperar 13 años para volver a respirar emoción y jubileo. Y de qué manera, pues en la edición número 46 del Campeonato Colombiano, disputado en el año 1993, fuimos campeones nuevamente. Recordado por muchos como uno de los partidos más sufridos del club, este representa lo que el equipo es: sudor frío y consumo de uñas hasta el último minuto. Junior jugaba contra América de Cali; por otro lado, Medellín jugaba contra su rival de patio, Nacional. El campeón podía ser alguno de esos cuatro equipos debido a la igualdad en puntos. Sin embargo, Junior tenía una bonificación de desempate de 1.50: si ganaba a América, se coronaba campeón; si empataba y lo mismo ocurría entre los dos equipos de Medellín, también podía dar la vuelta olímpica.

Los Tiburones estaban empatando 2-2 contra Los Diablos Rojos y el partido en Medellín había acabado 1-0 a favor del Rojo de la Montaña -los jugadores y cuerpo técnico del ‘Dim’ ya estaban dando la vuelta olímpica y declaraciones a la prensa-. Pero, el Rojiblanco atacó como nunca, y tanto fue el agua al cántaro… que al final se rompió: Oswaldo ‘El Nene’ Mackenzie consiguió la hazaña luego de un pase magistral de Valderrama, ensartando el balón en la malla de Oscar Córdoba y decretando el agonizante 3-2 ¿El director de esta película de drama? Julio Comesaña. El testigo de esta hazaña fue el Metropolitano Roberto Meléndez ¿La estrella? La número tres.

La cuarta alegría que nos entregaron Los Tiburones se gestó en el 95 gracias a Carlos ‘El Piscis’ Restrepo. La vuelta olímpica se dio en el Nemesio Camacho El Campín.

El pentacampeonato llegó esta vez en Medellín, en el Atanasio Girardot, ¿El rival? Atlético Nacional. Junior ganó el partido de ida en el Metro, pero en el patio de los paisas las cosas fueron a otro precio. Un conjunto verde y blanco comandado por ‘Chicho’ Serna fue perjudicial para la defensa juniorista y supo cómo empatarlo y ganarlo parcialmente. Sin embargo, al final el resultado terminó igualado: fue un 5-5 en el resultado global: 3-0 en El Metro y 5-2 en el Atanasio -el empate fue gracias a Martín Arzuaga y al argentino Walter Ribonetto-. Los penales (horror de los que sufrimos estas tandas siempre) fueron la lotería que nos dio la anhelada quinta estrella, la cual llegó el 19 de diciembre de 2004 bajo la dirección de Miguel Ángel López.

Acostumbrados a ganar sufriendo, peleamos la final contra La Equidad y bordamos una nueva estrella en nuestro escudo, la número seis. Aquel 26 de junio del 2010 Diego Edison Umaña dirigió a Carlos Bacca, Víctor Cortés, Giovanni Hernández y el resto de un grupo que se le veía unido. Junior inició perdiendo la llave en Bogotá por 1-0, pero llegamos a nuestro estadio y todo fue distinto: Carlitos Bacca abrió el marcador muy temprano, a los 11 minutos; seis minutos más tarde, Víctor Cortés volvía a adelantarnos con un auténtico golazo. Hasta ahí todo bien, el título era nuestro; no debían hacer ni un solo gol. Pero para nuestro momentáneo desespero, en el segundo tiempo Leonardo Castro hizo el gol del empate al minuto 47, 2-2 el global parcial… la gloria llegó en los pies de Bacca con un golazo al minuto 88, cerrando así la serie 3-2, volvimos a ser campeones.

Repetimos la felicidad en diciembre del 2011; fue una fase final emocionante. Desde la semifinal, dándole vuelta al juego contra Millonarios y asegurando el boleto para jugar nuevamente la llave que nos diese la séptima estrella, nuestro rival sería Once Caldas. Ganamos 3-2 en casa, pero Once Caldas se acordó de pelear y nos ganó el partido de vuelta 2-1, el global fue 4-4: otra vez a pelear el título por la vía del penal. Sebastián Viera estuvo providencial al atajar un penal; la tanda finalizó 4-2 y culminaba el torneo de ese año, en esa ocasión el equipo era dirigido por José ‘Cheché’ Hernández.

Esperamos siete años para poder conseguir la tan anhelada octava estrella; en el 2018 llegó. Valió la pena, pues fue el regalo de diciembre. Esta vez no fueron los penales los que nos hicieron sufrir sino el partido de vuelta. Julio Comesaña volvía a dirigirnos. Habíamos ganado en Barranquilla 4-1; todo parecía bien, pero como dijo el que fuese nuestro número 10 en ese momento, Jarlan Barrera: “Si no se sufre no es Junior”.

Y así fue; Medellín iba ganando hasta el minuto 70 dos goles a cero, necesitaba uno más para empatar la serie y pelear en penales. Sin embargo, Yony González decretó el 5-3 al minuto 71, y 9 minutos después volvió a descontar el equipo paisa. Dimos la vuelta olímpica de visitantes el 16 de diciembre.

Y la más reciente alegría vino este 2019; nuevamente Comesaña nos llevaría a pelear final a pesar que fuese un torneo regular para el club. Nuestro rival sería Deportivo Pasto: abrimos la serie en casa 1-0 con gol del argentino Fabián Sambueza, y el partido de cierre fue en El Campín el 12 de junio. Pasto empató con el tanto del sincelejano, Ray vanegas. Nuevamente definición desde el punto blanco, pero sería el mismo Ray Vanegas quien en un momento pasaría de héroe a villano, pues fallaría el único penal de toda la tanda, el resultado fue 5-4 a favor de ‘Los Curramberos’.

Muchas han sido las dichas que nos ha dado El Tiburón (y eso que solo son las ligas, no hablamos de Copas ni Superligas). Felicidades al equipo más sabroso, divertido, recochero, chévere y emocionante de Colombia. Felices 95 años al Club Popular Deportivo Junior, que sean muchas más alegrías y desbordes de emociones.

Victor Amariz Castro

Comunicador social y periodista de la Universidad Autónoma del Caribe, con experiencia como redactor y reportero en prensa digital y televisión. Coordinador y editor de JUNIOR A UN CLICK. Junior, River y Milan, en ese orden.

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