La mítica voz de Édgar Perea aún retumba en los corazones barranquilleros

Hablar de Édgar Perea Arias es hablar de una gran parte de la historia de la narración deportiva de Colombia. Su imponente voz, sumada a su gran carisma y su fuerte personalidad, le hicieron ganar un nombre en todo el país y sobretodo en Barranquilla, donde fue amo y señor de la sintonía radial durante muchos años relatando los partidos de nuestro amado Junior, el equipo que defendió hasta el último día de su vida.
Con su voz los hogares colombianos se enteraron de las grandes hazañas del deporte de este país, como la primera medalla en unos Juegos Olímpicos que logró Helmut Bellingrodt en Múnich 72; el triunfo de Antonio Cervantes, ‘Kid Pambelé’, que se coronó como el primer campeón mundial de boxeo de nuestro país; el gol de Freddy Rincón ante Alemania, que permitió la clasificación de Colombia a los octavos de final del mundial de 1990; el histórico triunfo de Colombia 5-0 en Argentina en septiembre en 1993 y el ‘hit de oro’ de Édgar Rentería que le permitió a los Marlins ganar la Serie Mundial de Béisbol en 1997.
Pero sin duda sus mejores relatos tienen como protagonista a Junior, el equipo por el cual ‘El Campeón’ siempre confesó un amor incondicional. Desde 1966 narró cada jugada y cada gol del equipo barranquillero, defendiendo a capa y espada de cualquiera que hiciera una mínima crítica al equipo y dejando icónicas frases que los hinchas ‘tiburones’ acogieron para identificar al equipo por cada situación que afronta, de las cuales se destacan dos:
“¡A Junior tienes que matarlo para ganarle!”
El equipo rojiblanco se jugaba ante Deportivo Cali el título del 80. Luego de estar 2-0 abajo en el marcador, Junior logró empatar el partido con tantos de Carlos Molinares y Gabriel Berdugo. Un emocionado Perea, al borde de las lágrimas, expresó con todas sus fuerzas: “¡A Junior tienes que matarlo para ganarle, a nosotros nos tienes que matar para ganarnos!”, frase que la hinchada utiliza para sacar fuerzas en situaciones difíciles.
“¡Junior tu papá!”
Édgar Perea tuvo una pelea en los años 80 con ‘Poncho’ Rentería, reconocido periodista de Cali, quien se refirió a los jugadores de Junior como “minusválidos” y “parapléjicos”. Días después de esas afirmaciones Junior recibía al América, equipo del que era hincha Rentería, y le ganó 4-0. ‘Gooool, gooool, gooool, de los minusválidos del Junior, ‘Gooool de los parapléjicos del Junior’, relataba Perea, quien al final lanzó la icónica frase que identificaría al equipo para siempre:
“Poncho Rentería, cállate, que Junior es tu papá”.
Otra anécdota destacada es la del maestro Santander Jiménez Blanco, que compartió con ‘el campeón’ en la emisora Mar Caribe. En entrevista a El Heraldo, Santander contó cómo era trabajar con el relator más grande de la historia de Colombia: «Los viernes, cuando escuchaba la música de El bueno, el malo y el feo, que era la cortina de su programa, sabía que él estaba al aire invitando al estadio. Inmediatamente buscaba la forma de ir a ver a mi Junior del alma. Cuando empecé en el periodismo me hice una promesa: si logro algún día trabajar con Perea, beso la grama del estadio Metropolitano. Afortunadamente lo pude hacer. El campeón siempre decía: “Aquí en la emisora Mar Caribe sólo trabajan los mejores, ¡caballero!”. Eso nos motivaba a todos. “Somos los número uno, así le duela a la cobarde envidia”.
Édgar Perea es un personaje ligado a Barranquilla y al Junior. A cuatro años de su partida, su voz sigue sonando en cada rincón de los estadios del país, sobre todo en el Romelio Martínez y el Metropolitano Roberto Meléndez, donde se escuchaba de tal forma que muchos creían que había altoparlantes. Los árbitros sentían la presión que Perea ejercía desde el principio, logrando que muchos jueces terminaran el partido antes de lo estipulado. Y cuando pitaban alguna acción en contra de Junior, sentían en carne propia el “corito celestial” que Perea alentaba desde su micrófono. No es exagerado decir que gracias a Perea, Junior logró importantes triunfos y títulos. Cada uno de ellos tuvo el sello del gran narrador deportivo, que gozaba con cada palabra y cada grito de gol de su equipo del alma.
Sin duda, la imagen de Perea permanecerá mucho tiempo en la mente y el corazón de los barranquilleros. Y el mejor homenaje que pueden hacerle al excelente narrador deportivo es seguir las sabias palabras con las que cerraba sus trasmisiones:
“Sigan siendo felices, Édgar les dice”.