Sacar al DT: el deporte nacional del FPC
En el último tiempo se ha vuelto costumbre que los técnicos sean los principales culpables de los fracasos en el FPC. Ya sea que su grado de responsabilidad sea mayor o menor, el técnico siempre será el principal apuntado cuando el equipo encadene malos resultados en cualquier torneo.
La Liga 2021-II no es la excepción. A pesar que solo se ha jugado el 40% de la fase todos contra todos, casi la mitad de los equipos se ha visto en la obligación de cambiar su cuerpo técnico. Tanto equipos históricos como elencos tradicionales, e inclusive recién ascendidos, han optado como solución echar a los entrenadores, en aras de encontrar alguna reacción por parte de sus nóminas.
El primer técnico en dejar su puesto fue Giovanni Ruiz, quien había llegado este semestre a Deportivo Pasto. Solo dirigió cuatro partidos y fue reemplazado por Flavio Torres. El siguiente fue Eduardo Lara, que en la fecha 5 dijo adiós luego de caer en el clásico ‘cafetero’ 1-0 ante Deportivo Pereira. Su puesto fue tomado por Diego Corredor.
El tercero fue Dayron Pérez, DT que había ascendido recientemente a Atlético Huila, pero que no pudo sumar un triunfo en las últimas cinco fechas, renunciando luego de perder en casa 2-0 ante Águilas Doradas. Fue reemplazado por Alberto Rujana. Seguidamente llegó la salida de Luis Amaranto Perea de Junior, luego de empatar 1-1 con Jaguares en la fatídica quinta jornada, llegando Arturo Reyes en su reemplazo.
El quinto fue Jorge Luis Bernal, quien había asumido provisionalmente la dirección técnica de Patriotas, luego de caer en casa 3-0 ante Atlético Nacional. Antes de Bernal estaba Jhon Mario Ramírez, quien lamentablemente falleció víctima de COVID-19 tan solo semanas después de haber asumido las riendas del conjunto boyacense, sin haber debutado siquiera en el torneo.
En la sexta fecha del campeonato llegó la sexta destitución: esta vez fue en Santa fe, donde Harold Rivera dijo adiós tras el empate 1-1 ante Deportivo Pereira. El séptimo en cuestión fue, de todos, el más llamativo: luego de perder 2-1 ante Alianza Petrolera, Óscar Upegui fue despedido de Atlético Bucaramanga, aun cuando el equipo se encuentra entre los clasificados y apenas acumulaba dos derrotas en el campeonato.
Seguidamente, en la séptima y octava fecha llegaron dos salidas sonoras: las de Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez, luego del empate de Independiente Medellín sin goles contra Santa fe, y Alfredo Arias, que se fue luego de que Cali perdiera 2-0 contra Pasto, que no había ganado ningún encuentro hasta ahora. En total, 9 técnicos en apenas ocho fechas disputadas.
Sin duda, esta es una cruda muestra del bajo nivel en el que se encuentra el fútbol colombiano. Como si de un virus se tratara, los técnicos son cesados de sus cargos y son responsabilizados de casi la totalidad de los errores y los malos resultados que cometen los equipos. Peor aún: no trabajan tranquilamente, puesto que a los cuatro partidos ya piden su salida.
También resulta preocupante que ninguno de los factores es favorable: varios de ellos llevaban tiempo dirigiendo sus clubes (Rivera, Perea, Arias, Lara, Gómez), otros apenas iniciaban en sus equipos (Ruiz, Pérez, Bernal) y otros, a pesar de dar buenos resultados, fueron echados (Upegui). Como dato adicional, hay varios en la cuerda floja, como Francesco Stifano (Águilas) y Juan Carlos Osorio (América).
